
La aceptación, el reconocimiento de esta frontera en nuestra vida, la opción personal de vivir la vida en esta frontera entre el bien y el mal, o entre lo suficiente para vivir y la pobreza es por lo tanto una decisión que cada uno de nosotros hemos de afrontar.
El cruce fronterizo va solamente en una dirección, desde la luz a la sombra.
Esta decisión de convertirme en alguien que practica el amor al prójimo de manera desinteresada para el alivio y la resurrección del ser humano aplastado, menospreciado e insultado es una decisión de consciencia...que pongo mi interés y fuerza y mis recursos (por lo menos una parte fundamental) al servicio de las personas que tienen que llevar la cruz de su vida de miseria, pobreza y necesidad.
Es la decisión de cada una de las personas. Me decido a vivir en una actitud de servicio y de dar socorro al perdido o a alguien, que necesita de una mano amiga.
Esta frontera es un punto sensible que cruza diariamente nuestras vidas y pertenece al patrimonio de nuestra humanidad, es decir todas y todos estamos implicados en amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, es una línea fina invisible para los demás.
No física, no marcada en ningún atlas o mapa ni en Google... el GPS fracasa, falla porque está frontera está dentro de nosotros, luego se dirige hacia afuera a la maquinaria cotidiana de las sociedades del siglo XXI.
Yo decido ser luz en la oscuridad o por lo menos lo intento sinceramente y no simplemente ser otra lucecita en la luz con otras luces a pleno sol de una vida cómoda.
Ser sal y luz como el evangelio nos reta;
no en el salero o del paquete en el Súper o tranquilamente guardado en la cocina, intentando vivir entre semejantes y solamente con la gente de mi agrado mirando la escalera social hacia arriba...
Yo decido ser algo de ayuda de ser agradable y útil en un mundo hostil, conflictivo y difícil.
La frontera está dentro de mí, pero va desde dentro hacia un mundo real en agonía y en miserables tribulaciones.
Voy equipado con la voluntad de no ser tibio ni pasivo ante el drama humano.
Esto suena todo muy bien en la teoría, pero como todos sabemos hay una gran tensión y hasta contradicciones entre lo que quiero y lo que verdaderamente hago yo, fallo mil veces al día, pero lo sigo intentando...lo uno es lo romántico y teórico visto desde mi vida en abundancia sentado en el sillón cómodo después un día duro de trabajo y lo otro es la débil e incompleta Praxis, muchos parecemos como principiantes en hacer decididamente lo contrario a la indiferencia.
Ahora por más ridículo que parezcan mis pobres intentos de colaborar con el bien universal de aquellos que han perdido la batalla y conquista hacia la felicidad humana y el éxito de una vida en condiciones mínimamente aceptables en este nuestro mundo, la Praxis en su total imperfección es un millón de veces preferible ante lo teórico estancado en una buena voluntad sin que esto nunca se materialice a algo real y palpable a un hecho de verdadera justicia social dentro la actual familia humana de la cual cada uno de nosotros somos miembro nos guste o no.
Estamos todos en la misma nave espacial en llamas llamado tierra... tambaleando hacia un destino incierto, hacia nuestro destino. Hacia nuestra Utopía como seres sintientes, la eternidad encerrada en nuestros pechos.
Millones de seres humanos son víctimas de sistemas de torturas políticas y económicas. Lo que hace falta no es caridad sino justicia social y verdadera.
Viva donde viva yo seré un mensajero de la esperanza y de lo que Jesús de Nazaret llama utópicamente el reino de Dios.
Yo creo en la Utopía de un nuevo mundo habitado de Hombres, Animales, Ángeles, Plantas, Montañas y Ríos, Bosques y Ciudades....Utopía es la Patria de la libertad sin enfermedad ni muerte sin Armas ni Pobres sin Religiones ni Dinero una patria ve verdaderamente feliz para todos, conquistada por el valor humano, con ingeniería científica y la buena voluntad de la asamblea humana digna de ser llamada sociedad de personas civiles, sin ánimo de lucro.
Sé que puede parecer, estoy ya muy perdido en mis fantasías utópicas, de un mundo de abundancia sin ricos ni pobres....
Seré un siervo para servir a los demás con esta brújula interior hacia mi norte El Reino del Bien en total ausencia de los malos por haberlos vencido nosotros los hijos de la paz uno por uno y no con violencia sino con las Armas del amor incondicional.
La frontera está en nuestra mente, nuestro corazón y nuestra consciencia, pero se dirige hacia fuera a un lejano horizonte, el bienestar para todo ser humano sin excepciones.
Puede que vivas en un pueblo agradable o en un Gueto/ favela de una ciudad o su periferia, no vivirás por tu propio bien solamente sino por los demás.
¿Te preguntarás como puedo yo encontrar mi hueco para saber a quién y cómo servir para el bien del mundo en mi entorno?
A estas alturas todos sabemos de qué la miseria no sólo la tenemos en países como Siria, Afganistán o Somalia sino los pobres y personas muy sufridas las tenemos entre nosotros en nuestro barrio y vecindario.
En mi Biblia escucho yo a Jesús lamentándose de sus contemporáneos, que dice: " Ellos tienen ojos y no ven y oídos y no oyen "... ¿Cómo puede ser esto?... en mi opinión esto tiene que ver con nuestra sensibilidad hacia el mundo que nos rodea y nuestra respuesta o indiferencia hacia el dolor y el abandono de los más vulnerables. Yo creo firmemente, tú y yo somos la respuesta al mal que nos acecha en nuestro mundo y no solamente el Gobierno y las grandes Entidades profesionales de ayuda humanitaria.
Solamente se nos pide que pongamos nuestro grano de socorro y de no limitarnos a vivir el don de nuestra vida a espaldas de la tragedia humana.
Yo opino que cualquier ser humano es mi hermano, mi hermana y todos pertenecemos a una única familia sintiente, el mundo, sus habitantes con todos los animales y plantas y todo lo que hay es digno en ser reverenciado, estimado, cuidado y protegido.
Un abrazo fuerte, desde la última frontera,
WOLFGANG, ese del Chiringuito de Dios.
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